Observando este armario de herramientas me dí cuenta lo difícil que puede llegar a ser el mantenimiento. Supongamos que estoy realizando tareas de mantenimiento mecánicas con otro compañero, en una fábrica que tiene una longitud de, más o menos, 100 metros. Nos hace falta un martillo y no tengo ninguno en mi caja de herramientas, de manera que tengo que recorrer esa distancia ida y vuelta (digo esa distancia porque lo dice la Ley de Murphy: artículo 3.456 BIS "siempre que te haga falta una herramienta tendrás que recorrer 200 metros, como mínimo, en condiciones normales..."). Una vez que me pongo manos a la obra, después de haberme parado por el camino a contar un par de chistes y en la máquina del café (pues la reponedora de la máquina estaba allí y yo, haciéndome el loco de que me iba a tomar uno... terminó invitándome), entonces veo el susodicho armario y me creo un dilema: ¿QUÉ MARTILLO ME LLEVO?. Hay 7 diferentes. Pues tampoco me los voy a llevar todos..., ni por peso ni por distancia.
Con esto quiero decir, como ya he comentado en algún otro artículo, que antes de empezar tenemos que seleccionar bien las herramientas que hay que utilizar. Para ello tenemos que conocer bien el trabajo que vamos a realizar y hacer un estudio previo de los materiales que necesitamos. En caso contrario un trabajo de 1 hora, se puede convertir en el doble y el triple. Seguro que te ha pasado más de mil veces...
